EL HERALDO DE CHIHUAHUA
Ciudad de México.- El Banco de México señaló que el ritmo de crecimiento de la economía ha perdido "dinamismo", aunque continúa la actividad productiva con una tendencia positiva, por lo que alertó sobre el riesgo de mayor volatilidad cambiaria en los mercados internacionales.
En su informe sobre política monetaria destacó que algunos componentes del gasto interno se han desacelerado moderadamente, aunque las exportaciones permanecen vigorosas.
Reiteró que las perspectivas de crecimiento se han revisado a la baja, en buena medida en respuesta a la desaceleración de la economía de Estados Unidos, situación que motivó que mantuviera sin cambios la tasa de interés referencial, sólo que, por primera vez en dos años, contempla la posibilidad de realizar un recorte.
El Banco de México manifestó que la situación confirma que la brecha del producto se cerrará a una velocidad menor a la prevista, en un contexto en el que diversos indicadores del mercado laboral y crediticio, así como el reducido déficit en cuenta corriente, siguen mostrando holgura.
Aclaró que, ante ese contexto, "no se esperan presiones generalizadas sobre los precios en la economía".
El reporte destacó que los niveles actuales de inflación son consecuencia de varios factores: la tendencia descendente de los costos unitarios de la mano de obra, el desvanecimiento del impacto de los cambios tributarios del año pasado, así como la evolución del tipo de cambio (a pesar del reciente episodio de volatilidad en los mercados financieros internacionales) y una reducción importante en los precios agropecuarios.
Indicó que hacia adelante es previsible que varios de estos factores sigan reflejándose en el comportamiento de la inflación, aunque prevalece el riesgo de turbulencia en los mercados.
Al referirse a la situación económica de Estados Unidos, expresó que en las últimas semanas se deterioró de manera significativa. La información más reciente acerca de la actividad económica, mostró un crecimiento débil para todo lo que resta de 2011, aunque se mantendrán los problemas estructurales de desempleo, sobreendeudamiento de los hogares y del mercado de vivienda.
Lo anterior llevó a que las expectativas de crecimiento para 2011 y 2012 se revisaran sustancialmente a la baja.
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