miércoles, 13 de octubre de 2010

La persona como centro del ‘Coaching’

CNN EXPANSION

El término coaching es aplicativo y vivencial dicen Carlos Miguel Barber y María del Rocío Vidal; la forma en que se establecen las relaciones hace la diferencia entre un guía, mentor o un tutor.

CIUDAD DE MÉXICO — Para aquellas personas que están versadas en los temas de liderazgo y de trabajo en equipo, el término coaching resulta ser evidentemente aplicativo y vivencial.
De ser así, el coaching pudiera reconocerse como ese acompañamiento personal en donde existe un "guía, mentor o tutor" que está cercano a un "discípulo" al que se le está formando y buscando obtener el 100% de sus capacidades. Obviamente,
la forma cómo se establece la relación entre los actores de este proceso hacen la diferencia entre lo que podría ser un coaching, un mentoring o simplemente un tutoreo.

Carlos Clúa podría mencionar que el coaching "es decirle a una persona lo que no quiere escuchar, para que haga lo que no quiere hacer, a fin de que logre lo que de otra manera jamás hubiera podido lograr", mientras que para Cláudia Máynes hablaría de que el coach es aquella persona que se involucra de tal manera que logra conocer a su equipo, identificando sus cualidades, formando un "vínculo" con su o sus discípulo(s), ayudando a alcanzar no sólo el objetivo que pretende el reto propuesto, sino también el o los objetivo(s) personal(es).

En ambos casos se habla de la persona como centro. Esta visión implica el tomarse el tiempo para conocer y conocerse. El proceso del coaching requiere, por ende, comprehender preguntas como las que bien propone la Dra. Rocío Vidal al cuestionarse tanto el coach como su discípulo ¿qué es lo que a uno le apasiona?, ¿qué es lo que le inquieta a uno en su pensamiento?, ¿cuál es el motivo por el cual uno es feliz?, ¿cuál es un ejemplo de vida a seguir?, haciendo con ello que uno se cuestione ¡¿qué es lo que uno está dispuesto a hacer para estar bien?! Por tanto, el coaching pareciera ser un camino para la superación personal.

En tiempos en donde el tiempo resulta ser el recurso más escaso, es precisamente este elemento el que guarda relación activa con todos los elementos del proceso como un común denominador indispensable. Es darse el tiempo para uno y donar su tiempo para otra persona procurando y buscando ese compromiso que motive a la consecución y promoción.
Si reflexionamos, posiblemente el coaching pudiera ser tan exitoso porque estamos inmersos en una sociedad cuyo ritmo de vida y avances tecnológicos hacen que estemos más alejados de las personas cercanas, y más cercanos de las personas alejadas. Si se piensa en ello, al tener el interés por encontrarse cara a cara con la otra persona, aceptando uno la responsabilidad de formar y el otro su disposición por dejarse formar, se encuentra uno con ese "algo" que tal vez se había perdido o descuidado que es el reconocerse y conocerse como personas.

¿Dónde surge ese vínculo entonces? Tal vez esta sea la primera y más importante pregunta para el coach, pues de ello depende la forma como la relación se va a entablar, y en buena medida, el éxito o los resultados que se obtengan de ella. Siendo así, el secreto del coach está en preguntarse, identificar y reconocer qué es lo que a la otra persona le interesa y al mismo tiempo el coach debe conocerse tan bien que sea honesto al identificar qué es lo que al coach le interesa también.

La coincidencia de intereses hace que ese trabajo en equipo nazca. La suma de voluntades logra sinergias e invita a forjar, de manera dirigida, esas competencias o habilidades, que antes no se tenían. Esta formación se lleva a cabo de manera consciente o inconsciente, es decir: con o sin conocimiento, el "discípulo" actúa, se mueve y promueve de su estado actual. Es aprender a aprender por un lado y es aprender a ser humildes en el conocimiento por el otro, haciendo que el mensaje se transmita o se reciba mejor, según el caso.

El coach debe por tanto, no sólo ser portador de un mensaje sino debe saber transmitirlo correctamente. Se convierte en un "vendedor de ideas" las cuales posiciona en la mente del destinatario de la intención.
Tal vez sea por ello que el coaching resulta ser una de las técnicas más formativas y efectivas en nuestros tiempos, al lograr incidir en las personas al reconocerlas primero, como personas en sí.

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