miércoles, 8 de febrero de 2012

Creció 3.2 millones la cifra de pobres entre 2008 y 2010




EL HERALDO



Ciudad de México.- La población en situación de pobreza ascendió a 46.2 por ciento en 2010, lo que representa 52 millones de personas e implica un incremento de 3.2 millones de pobres en comparación con 2008, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) a través del Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2011.

El incremento del número de personas en situación de pobreza estuvo relacionado con el crecimiento de la población que carece de acceso a la alimentación, la cual aumentó en 4.2 millones entre 2008 y 2010, así como a la reducción del ingreso real de los hogares, especialmente en las áreas urbanas.

El organismo argumenta que el poder adquisitivo de los ingresos laborales de las familias mexicanas se vio afectado por el incremento en los precios de los alimentos y la crisis financiera que tuvo un efecto negativo sobre el mercado laboral del país.

En este sentido, la falta de crecimiento económico en el largo plazo ha influido también en el desempeño de salarios, empleos e ingresos, por lo que la reducción del poder adquisitivo del ingreso tiene repercusiones importantes sobre el desarrollo social de la población, especialmente sobre la pobreza.

Pese a esta situación, el organismo alerta que se observa una gran dispersión y una potencial falta de coordinación en los programas y acciones de desarrollo social.

De hecho, se considera que si se incluyeran los programas de gobiernos locales, el problema sería aún mayor; "desafortunadamente no ha sido sencillo tener información sobre la política de desarrollo social de los gobiernos locales".

Reconoce que no siempre queda clara la razón por la que se crean programas de desarrollo social año con año, ya que unos son creados por el Ejecutivo, otros por el Legislativo y también por las entidades federativas, pero posiblemente varios de los programas son creados para resolver problemas concretos de la población, y debido a que no siempre se cuenta con resultados claros en varios de estos programas, la posibilidad de uso político es inevitable.

En consecuencia, hay un gran número de programas y acciones que no se dirigen a la población en pobreza, ante lo cual el organismo destaca que México puede hacer mucho más para que el gasto público redunde en una reducción de la desigualdad social y económica que el país enfrenta.

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