EL PUEBLO
El robo de identidad se presenta cuando alguien utiliza la información personal de alguien más para realizar actividades ilegales; ésta puede ser la dirección de su casa, los datos que aparecen en su IFE, cuentas bancarias y tarjetas de crédito, claves de acceso a servicios en internet, entre otros
El mayor problema es que en la mayoría de los casos, las personas que resultan afectadas no se dan cuenta hasta que comienzan a reclamarles pagos, les niegan un préstamo o reciben información que no reconocen.
Con una identidad falsa se pueden abrir cuentas de crédito, sacar dinero del banco o hacer compras a nombre de un tercero, por lo que es muy importante disponer de los medios para prevenirlo.
De acuerdo con un estudio realizado por la empresa de soluciones de seguridad financiera CCP, en México el problema es grave, pues en 2010 las autoridades financieras recibieron 300 mil denuncias de robo de identidad, cifra que ubicó al país en el octavo lugar a nivel mundial.
El análisis reveló también que a nivel internacional, cada cuatro segundos se comete un robo de identidad y tomará 600 horas que las autoridades rastreen de dónde proviene el ataque y que el usuario demuestre el mal uso de su información.
Al respecto Ricardo Lira, gerente senior del área de Servicios de Asesoría en Riesgos de Ernst & Young, opinó que los mexicanos deben tomar mayor conciencia sobre el riesgo que representa este delito, “hay una baja conciencia y poco conocimiento, la realidad es que las medidas de prevención se dan derivadas de que a alguien cercano le haya sucedido”.
Existen distintos medios por los cuales una persona puede ser víctima de robo de identidad, los más comunes son, robo de la credencial de elector y tarjeta bancaria, clonación de tarjeta de crédito, phising y estados de cuenta bancarios o recibos que se encuentran en la basura.
“Navegación por internet y correo electrónico son los medios principales por los que se comete este fraude, aunque hoy la posibilidad es que el robo de identidad también se está moviendo hacia información física porque no se tiene todo el cuidado con los estados de cuenta que en lugar de triturarlos se tiran directamente en el bote de basura y ahí viene información importante”, explicó el especialista.
Aunque a las instituciones financieras o empresas tienen fuertes medidas de seguridad para proteger los datos de sus clientes, muchas veces es el usuario quien al no tener las precauciones pierde su información, “se tiene que hacer labor de concientización haciendo a la persona más comprometida.
Aclaró que no se busca quitar responsabilidad a la empresa, pero es importante asegurarse sobre el uso que se le da a la información.
Mencionó que la banca en línea es segura si se siguen consejos básicos como el no compartir la contraseña y no acceder desde las computadoras públicas.
En cuanto al comercio electrónico algunas recomendaciones de los especialistas son asegurarse de con quién se está tratando, conocer cuál es la dirección física del vendedor y sus teléfonos.
Una vez que se dedica a comprar por la red, debe cerciorarse de entender qué es lo que está comprando, incluyendo todos los cargos adicionales, como impuestos, flete, embalaje, etcétera.
Hay que pagar, preferentemente, con tarjeta de crédito ya que en ningún caso es recomendable enviar dinero en efectivo. No hay que olvidar que se debe consultar con el emisor de la tarjeta si se dispone de protección.
Es importante buscar las señales de seguridad, por ejemplo, que el sitio donde se ingresa el número de tarjeta de crédito utiliza tecnología segura.
La URL o dirección del navegador debe comenzar con https: donde la ´s´ significa ´Seguro´ (verificarlo en la barra de direcciones). También es importante localizar el icono del candado en la barra de estado (parte inferior) del explorador, así como revisar si el sitio cuenta con Sellos de Aprobación de entidades especializadas.
Por su parte, el Buró de Crédito recomendó destruir los documentos que ya no utilice, en especial, los estados de cuenta. No responda a peticiones de confirmación de sus datos por teléfono o correo electrónico.
Tampoco deje al alcance de los demás identificaciones y otros documentos confidenciales.
El robo de identidad se presenta cuando alguien utiliza la información personal de alguien más para realizar actividades ilegales; ésta puede ser la dirección de su casa, los datos que aparecen en su IFE, cuentas bancarias y tarjetas de crédito, claves de acceso a servicios en internet, entre otros
El mayor problema es que en la mayoría de los casos, las personas que resultan afectadas no se dan cuenta hasta que comienzan a reclamarles pagos, les niegan un préstamo o reciben información que no reconocen.
Con una identidad falsa se pueden abrir cuentas de crédito, sacar dinero del banco o hacer compras a nombre de un tercero, por lo que es muy importante disponer de los medios para prevenirlo.
De acuerdo con un estudio realizado por la empresa de soluciones de seguridad financiera CCP, en México el problema es grave, pues en 2010 las autoridades financieras recibieron 300 mil denuncias de robo de identidad, cifra que ubicó al país en el octavo lugar a nivel mundial.
El análisis reveló también que a nivel internacional, cada cuatro segundos se comete un robo de identidad y tomará 600 horas que las autoridades rastreen de dónde proviene el ataque y que el usuario demuestre el mal uso de su información.
Al respecto Ricardo Lira, gerente senior del área de Servicios de Asesoría en Riesgos de Ernst & Young, opinó que los mexicanos deben tomar mayor conciencia sobre el riesgo que representa este delito, “hay una baja conciencia y poco conocimiento, la realidad es que las medidas de prevención se dan derivadas de que a alguien cercano le haya sucedido”.
Existen distintos medios por los cuales una persona puede ser víctima de robo de identidad, los más comunes son, robo de la credencial de elector y tarjeta bancaria, clonación de tarjeta de crédito, phising y estados de cuenta bancarios o recibos que se encuentran en la basura.
“Navegación por internet y correo electrónico son los medios principales por los que se comete este fraude, aunque hoy la posibilidad es que el robo de identidad también se está moviendo hacia información física porque no se tiene todo el cuidado con los estados de cuenta que en lugar de triturarlos se tiran directamente en el bote de basura y ahí viene información importante”, explicó el especialista.
Aunque a las instituciones financieras o empresas tienen fuertes medidas de seguridad para proteger los datos de sus clientes, muchas veces es el usuario quien al no tener las precauciones pierde su información, “se tiene que hacer labor de concientización haciendo a la persona más comprometida.
Aclaró que no se busca quitar responsabilidad a la empresa, pero es importante asegurarse sobre el uso que se le da a la información.
Mencionó que la banca en línea es segura si se siguen consejos básicos como el no compartir la contraseña y no acceder desde las computadoras públicas.
En cuanto al comercio electrónico algunas recomendaciones de los especialistas son asegurarse de con quién se está tratando, conocer cuál es la dirección física del vendedor y sus teléfonos.
Una vez que se dedica a comprar por la red, debe cerciorarse de entender qué es lo que está comprando, incluyendo todos los cargos adicionales, como impuestos, flete, embalaje, etcétera.
Hay que pagar, preferentemente, con tarjeta de crédito ya que en ningún caso es recomendable enviar dinero en efectivo. No hay que olvidar que se debe consultar con el emisor de la tarjeta si se dispone de protección.
Es importante buscar las señales de seguridad, por ejemplo, que el sitio donde se ingresa el número de tarjeta de crédito utiliza tecnología segura.
La URL o dirección del navegador debe comenzar con https: donde la ´s´ significa ´Seguro´ (verificarlo en la barra de direcciones). También es importante localizar el icono del candado en la barra de estado (parte inferior) del explorador, así como revisar si el sitio cuenta con Sellos de Aprobación de entidades especializadas.
Por su parte, el Buró de Crédito recomendó destruir los documentos que ya no utilice, en especial, los estados de cuenta. No responda a peticiones de confirmación de sus datos por teléfono o correo electrónico.
Tampoco deje al alcance de los demás identificaciones y otros documentos confidenciales.
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