México tiene uno de los sectores industriales más diversificados de Latinoamérica, pero a lo largo de los últimos 30 años se ha profundizado el deterioro de la eficiencia productiva por la inexistencia de una política industrial activa.
La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) señaló que otros sectores como el de telefonía o sistema bancario, se han visto favorecidos en los 20 años recientes por el empeño gubernamental en lo que se refiere a su impulso y promoción.
En su reporte semanal, afirma que los programas de política industrial implementados desde los años 80 del siglo pasado, si bien parten del diagnóstico del deterioro de la condición productiva nacional, poco o nada han planteado respecto a las medidas para revertirlo.
Señala que no ha habido proyectos concretos para integrar las cadenas ni para fortalecer al mercado interno y, menos aún, para proteger a la planta industrial de la competencia internacional, buena parte de la misma realizada en condiciones claramente desleales.
Desde cualquier punto de vista, señala, el deterioro del sector manufacturero es patente, ya que las condiciones mínimas para garantizar su adecuada operación no se cumplen y la brecha que separa al país de sus principales competidores se amplía año tras año.
En el reporte elaborado por su Centro de Estudios Económicos, expuso que los factores que inciden en la operación eficiente de las empresas, y los que permiten la diferencia de productos, son elementos que determinan la competitividad a nivel de las empresas.
De ahí que se haga necesario implementar una estrategia de desarrollo basada en el mejoramiento de la competitividad a través de diversas acciones, como que los precios de los bienes y servicios del sector público deben apoyar la creación de un entorno competitivo.
Asimismo, consolidar el desarrollo regional y sectorial con una estrategia que articule las cadenas productivas, aproveche las vocaciones productivas de las regiones y fomente la utilización y el desarrollo de la industria petroquímica.
Contar con la infraestructura suficiente y competitiva a nivel internacional (vías de comunicación, transportes, puertos, aeropuertos, recursos hidráulicos, energéticos) , para detonar el desarrollo industrial y equilibrar la competitividad de las regiones del país.
También, establecer esquemas especiales de apoyo a sectores prioritarios con base en la vocación económica de las regiones, e invertir más en investigación y desarrollo, a fin de contar con mejores tecnologías.
En este proceso, subraya, tenemos que ser actores y no solamente espectadores; hay que aprovechar este momento y convertir los retos en oportunidades, y desplegar una estrategia competitiva que encauce a la industria hacia un nuevo ciclo de desarrollo sostenido.
La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) señaló que otros sectores como el de telefonía o sistema bancario, se han visto favorecidos en los 20 años recientes por el empeño gubernamental en lo que se refiere a su impulso y promoción.
En su reporte semanal, afirma que los programas de política industrial implementados desde los años 80 del siglo pasado, si bien parten del diagnóstico del deterioro de la condición productiva nacional, poco o nada han planteado respecto a las medidas para revertirlo.
Señala que no ha habido proyectos concretos para integrar las cadenas ni para fortalecer al mercado interno y, menos aún, para proteger a la planta industrial de la competencia internacional, buena parte de la misma realizada en condiciones claramente desleales.
Desde cualquier punto de vista, señala, el deterioro del sector manufacturero es patente, ya que las condiciones mínimas para garantizar su adecuada operación no se cumplen y la brecha que separa al país de sus principales competidores se amplía año tras año.
En el reporte elaborado por su Centro de Estudios Económicos, expuso que los factores que inciden en la operación eficiente de las empresas, y los que permiten la diferencia de productos, son elementos que determinan la competitividad a nivel de las empresas.
De ahí que se haga necesario implementar una estrategia de desarrollo basada en el mejoramiento de la competitividad a través de diversas acciones, como que los precios de los bienes y servicios del sector público deben apoyar la creación de un entorno competitivo.
Asimismo, consolidar el desarrollo regional y sectorial con una estrategia que articule las cadenas productivas, aproveche las vocaciones productivas de las regiones y fomente la utilización y el desarrollo de la industria petroquímica.
Contar con la infraestructura suficiente y competitiva a nivel internacional (vías de comunicación, transportes, puertos, aeropuertos, recursos hidráulicos, energéticos) , para detonar el desarrollo industrial y equilibrar la competitividad de las regiones del país.
También, establecer esquemas especiales de apoyo a sectores prioritarios con base en la vocación económica de las regiones, e invertir más en investigación y desarrollo, a fin de contar con mejores tecnologías.
En este proceso, subraya, tenemos que ser actores y no solamente espectadores; hay que aprovechar este momento y convertir los retos en oportunidades, y desplegar una estrategia competitiva que encauce a la industria hacia un nuevo ciclo de desarrollo sostenido.
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