miércoles, 3 de agosto de 2011

Logra EU respiro, pero economía sigue frágil

DIARIO.COM


Washington— El acuerdo en el Congreso para autorizar un aumento de la deuda reduce en poco el déficit fiscal y hace aún menos para reactivar una economía alicaída, por lo cual persiste el daño ya hecho a la calificación del crédito de EU, indicaron ayer analistas.

El Senado de Estados Unidos aprobó ayer, con 74 votos a favor y 26 en contra, el acuerdo para elevar el tope de endeudamiento del Gobierno de Barack Obama y así evitar un impago.

El convenio se da tras semanas de duras discusiones sobre la medida

El plan eleva el techo de la deuda en más de 2 billones de dólares, desde los 14.3 billones actuales, lo suficiente como para llegar hasta el 2013. Además contempla recortes de gasto por 2.1 billones de dólares en 10 años y crea un comité del Congreso para que recomiende un paquete de reducción del déficit a fines de noviembre.

El líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid, dijo que su país estuvo “literalmente al borde del desastre”, minutos antes de la votación.

“El producto que tenemos aquí es consecuencia del compromiso. Los ganadores aquí son los estadounidenses”, dijo el senador, que atizó la actitud de los miembros del Tea Party la cual calificó de “muy desconcertante, y muy injusta con los estadounidenses”.

El presidente Barack Obama promulgó ayer la legislación sobre el endeudamiento poco después de que la aprobó el Senado, en la culminación de un contencioso proceso que comenzó a solucionarse el lunes con el aval de la Cámara de Representantes a ese entonces proyecto de ley.

En duda calificación

Dos grandes agencias calificadoras han dicho que 4 billones de dólares en ahorros presupuestarios les permitirían confirmar la nota AAA al país.

Sin embargo, la agencia Fitch Ratings dijo que el acuerdo para elevar el límite de la deuda gubernamental y reducir el gasto fue un primer paso importante, pero “no el final del proceso”. Fitch dijo que desea ver un plan creíble que reduzca el déficit presupuestario “a un nivel que garantice el estatus AAA a Estados Unidos”.

Más tarde, Moody’s Investors Service asignó una perspectiva negativa al débito estadounidense, pero ratificó la categoría AAA, por ahora. Una visión negativa en la perspectiva significa que la agencia evaluadora podría reducir la calificación en los próximos 12 a 18 meses.

Moody’s advirtió que podría disminuirla si continúan la desaceleración económica y las altas tasas de interés. También dijo que una relajada disciplina fiscal el año próximo tendría la misma consecuencia.

Horas antes el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, en declaraciones para el programa “Good Morning America” de la cadena ABC de televisión, dijo que no está seguro de que Estados Unidos mantenga la calificación AAA -excelente-, que ha hecho de este país la inversión más segura del mundo durante un siglo.

“Es difícil saberlo”, añadió el secretario. “Una y otra vez el mundo ha sido testigo mientras el Congreso avanzaba hacia el borde del abismo y eso ha hecho que el resto del mundo se pregunte si Washington puede funcionar”.

Fitch considera que para finales de agosto concluirá su revisión del grado de la deuda soberana de Estados Unidos. Dados los términos de la legislación, es posible que la calificación a la misma sea rebajada de nivel para entonces, agregó.

Estados Unidos ha mantenido desde 1917 la calificación AAA, que poseen actualmente menos de 20 países, como el Reino Unido, Australia, Alemania y Singapur.



Pegará al PIB



Los economistas de JPMorgan Chase, y Deutsche Bank Securities han calculado que el impacto de esa disminución en el gasto gubernamental no será sustancial inmediatamente en la economía, pero sí se sumará a la reducción de 1.5 puntos porcentuales en el Producto Interior Bruto que resultará del final de los programas de estímulo aplicados por el gobierno de Obama y la Reserva Federal.

El paso del estímulo a la austeridad coincide con una desaceleración del crecimiento económico de los últimos dos años después de la recesión más profunda y prolongada en Estados Unidos en casi ocho décadas.

El Gobierno informó la semana pasada de que el Producto Interior Bruto creció a un ritmo anual del 1.3% entre abril y junio después de un magro incremento del 0.4% en el trimestre anterior.

El desempleo ha vuelto a subir al 9.2 por ciento, hay más de 15 millones de desempleados, y ha subido a más de seis meses el período promedio para la obtención de un nuevo empleo.

Los legisladores más militantes del movimiento Tea Party dentro del Partido Republicano -que han cobrado gran protagonismo en el debate sobre la deuda-, insisten en que la fórmula para la reactivación económica es sencilla: corte del gasto gubernamental y, si no más rebajas, al menos no aumentos en los impuestos.

Pero entre enero y marzo la porción de los gobiernos estatales y locales en la actividad económica se redujo a un ritmo anual del 3.4 por ciento, y en el segundo trimestre se repitió la contracción. Cuatro trimestres consecutivos de corte del gasto gubernamental conforman la mayor contracción desde 1947.

Bill Hassiepen, vicepresidente de la firma calificadora Egan Jones, indicó en una entrevista con la cadena NPR de radio que “la economía de EU crece muy lentamente y el gobierno sigue pidiendo prestado demasiado para pagar sus cuentas”.

“A pesar de todo el clamor por un acuerdo sobre la deuda, las cosas no han cambiado”, añadió. “En el cálculo más optimista Estados Unidos añadirá 830 mil millones de dólares a la deuda en cada uno de los próximos diez años”.

Por su parte Carmen Reinhart, del Instituto Peterson para Economía Internacional, señaló que “de ninguna forma el compromiso sobre la deuda disipa la amenaza de una baja en la calificación del crédito” de EU.

El nivel de endeudamiento actual de EU es el más alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial “pero”, explicó Reinhart, “lo que tenemos ahora y no teníamos entonces es un nivel muy alto de endeudamiento individual, de los hogares”. (Agencias)

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