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El empresario chihuahuense, José Cervantes, propietario de los viñedos y las huertas Cervantes en Estados Unidos y de varias bodegas de la central de abastos en la capital del estado, inició una demanda multimillonaria en el vecino país en contra de la empresa John Deere, alegando que la multinacional defraudó al Gobierno de los Estados Unidos al hacer uso fraudulento de préstamos federales, causando daños millonarios a varias empresas latinas, además de haber proferido un trato injusto hacia el empresario y otros agricultores hispanoparlantes.
La demanda formal fue presentada en el estado de Washington por el chihuahuense en contra de John Deere Capital Corporation y quien resulte culpable de haber recibido un préstamo fraudulento por 2 mil millones de dólares en deuda superior no garantizada por parte del Programa Federal de Liquidez de Emergencia, apoyos que fueron concedidos por el gobierno americano durante la crisis del 2009. Los huertos están en el Valle de Yakima, Washington.
El demandante dijo que tanto John Deere como sus filiales, mintieron a la Federación norteamericana sobre su elegibilidad para emitir hasta 5 mil millones de dólares de deuda, siendo así respaldados por el Gobierno a través del Programa de Garantía de Liquidez Temporal (TLGP).
El empresario mexicano asegura que las mentiras que John Deere dijo para evitar las ejecuciones hipotecarias innecesarias y para reestructurar los préstamos de acuerdo a estándares comerciales razonables, le causaron un daño superior a los 10 millones de dólares a su empresa, dinero que exige le sea restituido.
José Cervantes acusa a la División de Crédito de John Deere por la reciente liquidación del patrimonio de Huertas Cervantes, muy por debajo de la tasa de valores en el mercado, asegurando que omitieron la importancia de las operaciones de la empresa, explicando que durante 2007, la empresa agrícola fue calificada como altamente rentable y aumentó la capacidad de empleo, mientras que durante el 2008 logró cumplir con los intereses que Deere.
Siendo hasta mediados del 2009 cuando Huertas Cervantes, luego de haber terminado de pagar los intereses a Deere y haber abonado 1 millón de dólares a capital, perdió la capacidad de pago por la baja en los precios de sus productos, siendo así despojado de su patrimonio.
Del mismo modo, Cervantes interpuso una demanda contra la empresa dedicada a la fabricación de tractores y maquinaria agrícola por proferir malos tratos y discriminar a sus trabajadores latinos.
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