EL PUEBLOMéxico.- México debería buscar opciones para limitar la importación de autos “chatarra”, ya que ello ha causado un rezago en las ventas internas de unidades nuevas.
Lo recomendable para el gobierno mexicano, al estar imposibilitado de cerrar la frontera norte por los compromisos contraídos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es buscar opciones en materia de normatividad e incremento de impuestos para los automotores usados, entre otras medidas.
El director asociado responsable del sector automotriz en América Latina para la firma Global Insight, Guido Vildozo, reconoció que pese a que México ha sido muy eficiente en la atracción de inversiones del sector, con cifras de producción espectaculares, “el problema es que ha sido un poco descuidado en el aspecto de ventas”.
En su opinión, uno de los grandes retos de la industria automotriz es el decreto promulgado en 2005 que permitió la entrada de vehículos “chatarra” al país, que a la fecha son casi seis millones de unidades las que se han introducido al amparo de dicho disposición.
Reconoció en entrevista que las asociaciones de la industria automotriz llevan a cabo negociaciones y procesos para limitar este fenómeno.
“México tiene que encontrar su fortaleza dentro de todo aquello que produce y todo lo que vende y empujar a la industria para crecer, sobre todo en el tema de ventas que es donde más ha sufrido”, argumentó el directivo.
Aclaró que no se trata de renegociar el TLCAN, porque es prácticamente imposible dar pasos hacia atrás en este sentido, en todo caso “se tiene que ver dentro de ese contexto qué es lo que más conviene”.
Dentro de ese contexto, continuó, las autoridades mexicanas deben buscar un nicho específico para contrarrestar este fenómeno, como en la normatividad.
Se puede buscar el tema de legislación como cierto límite de combustible, lo cual minimizaría el uso los usados. “Entonces, hay diferentes opciones para restringir el mercado en ese sentido. Se puede comenzar con impuestos superiores de registro, similar al ISAN y la Tenencia para vehículos de motorización más grande”, dijo.
El directivo de Global Insight comparó por último la producción y venta de vehículos entre México y Brasil, como economías similares.
Destacó que el crecimiento de la nación brasileña en la materia obedece a las políticas aplicadas para evitar la introducción de unidades usadas.
“Brasil tiene una política clara y alineada en el sector automotriz y es que han dado prioridad a la producción local, a través de la clase de combustible que ellos utilizan, que es el alcohol, y se estiman crecimientos espectaculares en los próximos años, similar a lo que debería hacer México, ya que tienen casi el mismo nivel de ingreso per cápita. El problema aquí es la importación de usados”, añadió.
Lo recomendable para el gobierno mexicano, al estar imposibilitado de cerrar la frontera norte por los compromisos contraídos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es buscar opciones en materia de normatividad e incremento de impuestos para los automotores usados, entre otras medidas.
El director asociado responsable del sector automotriz en América Latina para la firma Global Insight, Guido Vildozo, reconoció que pese a que México ha sido muy eficiente en la atracción de inversiones del sector, con cifras de producción espectaculares, “el problema es que ha sido un poco descuidado en el aspecto de ventas”.
En su opinión, uno de los grandes retos de la industria automotriz es el decreto promulgado en 2005 que permitió la entrada de vehículos “chatarra” al país, que a la fecha son casi seis millones de unidades las que se han introducido al amparo de dicho disposición.
Reconoció en entrevista que las asociaciones de la industria automotriz llevan a cabo negociaciones y procesos para limitar este fenómeno.
“México tiene que encontrar su fortaleza dentro de todo aquello que produce y todo lo que vende y empujar a la industria para crecer, sobre todo en el tema de ventas que es donde más ha sufrido”, argumentó el directivo.
Aclaró que no se trata de renegociar el TLCAN, porque es prácticamente imposible dar pasos hacia atrás en este sentido, en todo caso “se tiene que ver dentro de ese contexto qué es lo que más conviene”.
Dentro de ese contexto, continuó, las autoridades mexicanas deben buscar un nicho específico para contrarrestar este fenómeno, como en la normatividad.
Se puede buscar el tema de legislación como cierto límite de combustible, lo cual minimizaría el uso los usados. “Entonces, hay diferentes opciones para restringir el mercado en ese sentido. Se puede comenzar con impuestos superiores de registro, similar al ISAN y la Tenencia para vehículos de motorización más grande”, dijo.
El directivo de Global Insight comparó por último la producción y venta de vehículos entre México y Brasil, como economías similares.
Destacó que el crecimiento de la nación brasileña en la materia obedece a las políticas aplicadas para evitar la introducción de unidades usadas.
“Brasil tiene una política clara y alineada en el sector automotriz y es que han dado prioridad a la producción local, a través de la clase de combustible que ellos utilizan, que es el alcohol, y se estiman crecimientos espectaculares en los próximos años, similar a lo que debería hacer México, ya que tienen casi el mismo nivel de ingreso per cápita. El problema aquí es la importación de usados”, añadió.
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