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En lo que va de la administración del presidente Felipe Calderón, el Gobierno Federal ha gastado 387 mil 600 millones de pesos en el subsidio a las gasolinas, cifra 150 por ciento superior a la estimada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para el periodo (154 mil millones de pesos).
Si bien el precio de ese energético ha subido al doble de la inflación nacional acumulada en el mismo periodo, el subsidio supera la deuda acumulada en el sexenio reportada por las 32 entidades federativas a marzo de 2011 (315 mil millones de pesos).
De manera comparativa, la subvención de este año (170 mil millones de pesos) representa tres veces el dinero asignado a la Secretaría de Salud en el mismo periodo para operar el Seguro Popular, que fue de 57 mil millones de pesos.
También equivale a unas cinco veces lo destinado por la Secretaría de Desarrollo Social para el Programa Oportunidades, 35 mil millones de pesos para este año.
Recientemente, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, calificó el subsidio como uno de los “más injustos” del sistema económico nacional, debido a que genera un beneficio desigual entre los sectores de la población.
En su opinión, la subvención es una de las más “regresivas” que se aplican, dado que favorece en mayor medida a los habitantes con mayores ingresos y en menor proporción a los que menos tienen.
Cifras de la dependencia indican que 30 por ciento de la población de más ingresos concentra 53.2 por ciento del subsidio que el Gobierno Federal otorga, mientras que los tres deciles con menores recursos sólo emplean 10.9 por ciento de la prestación pública asistencial.
De acuerdo con un estudio realizado por la Cámara de Diputados, de enero a julio de este año la gasolina más consumida por los mexicanos fue la Magna, con el 57.99 por ciento, seguida de la Premium, con 3.49 por ciento, mientras el diesel representa 38.52 por ciento.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), al frente del mexicano José Ángel Gurría, ha recomendado a las autoridades eliminar la subvención que brinda a los combustibles.
Al presentar el Estudio Económico de México 2011, Nicola Brandt, economista senior del organismo en el país, expuso que ese subsidio drena recursos del presupuesto, por lo que debe desaparecer gradualmente.
Cálculos de la OCDE establecen que México gastó el equivalente a 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en promedio anual en subvenciones a la gasolina, gas LP, diesel y electricidad, de 2005 a 2009.
En Perú, según datos de la SHCP, la gasolina tipo Magna cuesta el equivalente a 13.70 pesos mexicanos, en Costa Rica 14, en Chile 15 y en Brasil 18, mientras que en México su costo es de poco más de nueve pesos.
¿Qué define el precio?
El precio de la gasolina en México se mueve en función de los precios internacionales del petróleo, particularmente del West Texas Intermediante (WTI). En el caso de las administraciones de Felipe Calderón y Vicente Fox, ambos panistas, el aumento del combustible fue inferior al del crudo.
En el sexenio actual la cotización internacional del WTI avanzó 49.4 por ciento, mientras la gasolina sólo 38.27 por ciento y con Vicente Fox el ascenso en el petróleo fue de 87.3 por ciento, contra un aumento de 27.9 por ciento del combustóleo.
Con los ex mandatarios Ernesto Zedillo y Carlos Salinas la historia fue diferente. En ambos casos, el aumento del crudo fue inferior al de hidrocarburo. En ambas administraciones se registró un ascenso del WTI 86.1 y 17.15 por ciento.
Poco se sabe del costo de producción e importación de las gasolinas en México. De acuerdo con el diputado del PT, Mario Dicostanzo, el costo por litro de fabricación del hidrocarburo es de entre seis y siete pesos, mientras que el de importarlo va de 6.90 a 7.10 pesos.
Según la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros, del 1 de diciembre de 2006 al 9 de julio de 2011, la cotización de la tipo Magna (de referencia), pasó de 6.74 a 9.32 pesos, lo cual significó un aumento de 38.27 por ciento.
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