El Paso— Cerca de un 10 por ciento de los puestos de trabajo en las oficinas corporativas de Western Refining en El Paso serán eliminados o transferidos a Arizona, como parte de la estrategia continua de la compañía para reducir costos.
“Es una decisión muy difícil pero a la vez una buena decisión de negocios para nosotros”, manifestó ayer el portavoz local de la refinería, Gary Hanson, quien confirmó sobre la contracción del personal.
Hanson informó que la refinería planea reducir unos 50 puestos de trabajo, incluyendo de tipo administrativo y de nivel gerencial, en El Paso, donde están sus oficinas centrales.
Algunos de ellos serán transferidos a Tempe, Arizona, donde laboran unos 200 empleados.
Otros serán eliminados en definitiva, comentó.
Precisó que el fundador y presidente ejecutivo de la compañía, Paul Foster, yerno del licorero Federico De la Vega, considerado el hombre más rico de Ciudad Juárez, continuará viviendo y trabajando en El Paso.
Explicó que, desde que Western Refining compró Giant Industries, Inc., hace poco más de cuatro años, “hemos analizado oportunidades para ser más eficientes y efectivos”.
“Ahora estamos en el punto de consolidar nuestras funciones administrativas”, manifestó.
Hanson dijo que la reducción de puestos de trabajo en las oficinas centrales de Western Refining aquí en El Paso no llega ni al 10 por ciento de las 675 personas que actualmente emplea en la refinería, tiendas de conveniencia y operaciones al mayoreo, entre otros.
Por su parte, Jeff Stevens, quien funge como presidente y jefe ejecutivo de Western Refining, seguirá teniendo sus oficinas en El Paso y Tempe.
Hanson enfatizó que la decisión a la que ha llegado la compañía para reducir sus costos no impactará su involucramiento en El Paso. “Vamos a seguir teniendo una enorme presencia en la comunidad. Eso no va a cambiar”, aseguró.
De acuerdo con su página de Internet, www.wnr.com, Western Refining opera refinerías en El Paso y en Gallup, Nuevo México, además de tener terminales de productos refinados en Albuquerque y Bloomfield, Nuevo México y Yorktown, Virginia.
Agrega que la compañía también cuenta con terminales de asfalto en Phoenix y Tucson, en Arizona; en Albuquerque, y en El Paso así como gasolineras de venta al por menor y tiendas de autoservicio las 24 horas en Arizona, Colorado, Nuevo México y Texas, entre otros.
Apenas la semana pasada, Western Refining había anunciado las ganancias en el tercer trimestre del año, las cuales batieron las estimaciones de Wall Street.
Los ingresos en ese trimestre, que concluyó el 30 de septiembre, saltaron a 84.9 millones de dólares, u 81 centavos por acción, de 6.9 millones de dólares, u 8 centavos por acción, durante el mismo periodo pero del año pasado.
En tanto que las ventas netas de Western brincaron en un 18 por ciento a 2.40 mil millones de dólares, por encima de estimaciones de 2.05 mil millones de dólares.
“Es una decisión muy difícil pero a la vez una buena decisión de negocios para nosotros”, manifestó ayer el portavoz local de la refinería, Gary Hanson, quien confirmó sobre la contracción del personal.
Hanson informó que la refinería planea reducir unos 50 puestos de trabajo, incluyendo de tipo administrativo y de nivel gerencial, en El Paso, donde están sus oficinas centrales.
Algunos de ellos serán transferidos a Tempe, Arizona, donde laboran unos 200 empleados.
Otros serán eliminados en definitiva, comentó.
Precisó que el fundador y presidente ejecutivo de la compañía, Paul Foster, yerno del licorero Federico De la Vega, considerado el hombre más rico de Ciudad Juárez, continuará viviendo y trabajando en El Paso.
Explicó que, desde que Western Refining compró Giant Industries, Inc., hace poco más de cuatro años, “hemos analizado oportunidades para ser más eficientes y efectivos”.
“Ahora estamos en el punto de consolidar nuestras funciones administrativas”, manifestó.
Hanson dijo que la reducción de puestos de trabajo en las oficinas centrales de Western Refining aquí en El Paso no llega ni al 10 por ciento de las 675 personas que actualmente emplea en la refinería, tiendas de conveniencia y operaciones al mayoreo, entre otros.
Por su parte, Jeff Stevens, quien funge como presidente y jefe ejecutivo de Western Refining, seguirá teniendo sus oficinas en El Paso y Tempe.
Hanson enfatizó que la decisión a la que ha llegado la compañía para reducir sus costos no impactará su involucramiento en El Paso. “Vamos a seguir teniendo una enorme presencia en la comunidad. Eso no va a cambiar”, aseguró.
De acuerdo con su página de Internet, www.wnr.com, Western Refining opera refinerías en El Paso y en Gallup, Nuevo México, además de tener terminales de productos refinados en Albuquerque y Bloomfield, Nuevo México y Yorktown, Virginia.
Agrega que la compañía también cuenta con terminales de asfalto en Phoenix y Tucson, en Arizona; en Albuquerque, y en El Paso así como gasolineras de venta al por menor y tiendas de autoservicio las 24 horas en Arizona, Colorado, Nuevo México y Texas, entre otros.
Apenas la semana pasada, Western Refining había anunciado las ganancias en el tercer trimestre del año, las cuales batieron las estimaciones de Wall Street.
Los ingresos en ese trimestre, que concluyó el 30 de septiembre, saltaron a 84.9 millones de dólares, u 81 centavos por acción, de 6.9 millones de dólares, u 8 centavos por acción, durante el mismo periodo pero del año pasado.
En tanto que las ventas netas de Western brincaron en un 18 por ciento a 2.40 mil millones de dólares, por encima de estimaciones de 2.05 mil millones de dólares.
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