Hace algunos años entrevisté a un gestor financiero que era de religión mormona. Una de sus apuestas más importantes y acertadas fue una compañía de tabaco.
Los mormones, se sabe, están en contra del cigarro. El gestor me dijo que él nunca había invertido en tabaco para su propia cartera, pero que tenía una obligación con sus accionistas y debía anteponer los intereses de éstos por encima de sus propias creencias.
Los presidentes ejecutivos también dicen que su obligación principal es maximizar valor para sus accionistas. Los inversionistas como tú o como yo poseemos acciones vía fondos de inversión y no tenemos ningún control sobre lo que el gestor financiero compra o vende.
Bajo esta lógica, nadie siente que es su responsabilidad negarse a invertir en cualquier cosa que no sea ilegal. Esta ausencia de responsabilidad fue lo que me acercó a las inversiones socialmente responsables y a los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés).
Un típico fondo socialmente responsable no invierte en tabaco, elige y califica las acciones según criterios ambientales y laborales. Otros están sujetos a las creencias religiosas de las personas (el año pasado, la gestora de inversiones Faith-Shares lanzó ETF especiales para Bautistas, Luteranos y Metodistas).
La virtud de la inversión socialmente responsable es eso mismo, la virtud. ¿Estás interesado? Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
Sé realista respecto a los costos y los beneficios: algunos fondos socialmente responsables que son menos costosos y bastante diversificados, como el TIAA-CREF Social Choice Equity, tienen una competitiva tasa de retorno a largo plazo, pero el screening o filtrado de los títulos no es gratuito.
Los fondos indexados socialmente responsables, por ejemplo, cobran al año entre 0.10% y 0.75 % más en sus tarifas que los indexados ordinarios.
Por otro lado, los fondos socialmente responsables pueden traer ocasionalmente grandes ganancias, lo que lleva a algunos inversionistas a concluir que hacer el bien retribuye. Pero eso es discutible, un fondo podría sencillamente ir bien porque una industria va bien en ese momento, pero esa ventaja desaparece con el tiempo.
Elige con cuidado: si inviertes en fondos indexados como yo, querrás seguir índices de referencia reconocidos como el S&P 500. Sin embargo, Patrick Geddes, de Aperio Group, una firma que gestiona portafolios privados socialmente responsables, advierte que los fondos indexados de ese tipo suelen seguir índices de referencia hechos a la medida del cliente, por lo cual sus retornos son diferentes a los del mercado.
El índice Vanguard FTSE se inclina por la tecnología; el portafolio de FaithShares está constituido por 100 acciones de empresas compatibles con los valores cristianos. Pero también existen dos fondos socialmente responsables que intentan seguir las pautas del mercado: el fondo TIAA-CREF (que no es técnicamente un fondo indexado) y el iShares FTSE KLD Select Social Index Fund.
Sé flexible: No hay una variedad de fondos socialmente responsables para cada creencia o preocupación social. Por ello hay que poner mucha atención cuando se compra uno, pues puedes terminar con participaciones accionarias que no te gustan.
Aún así, al adquirir uno de estos fondos estás haciendo una declaración de principios: como inversionista, crees que el precio de una acción no es el único valor que importa.
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