CIUDAD DE MÉXICO — Las empresas familiares han sido vilipendiadas durante muchos años, pensando que son compañías sin organización, sin una clara distinción entre el negocio y la familia, además de que están marcadas por definiciones como "abuelo fundador, padre derrochador e hijo mendigo".
Es una realidad que sólo el 10% de las empresas familiares llegan a la tercera generación, de acuerdo al libro "Hacia la empresa familiar líder" del director de la Unidad de Formación de Alta Dirección de IE Business School, Manuel Bermejo, las cuales representan entre 65 y 80% de los negocios que existen en el mundo.
Cerca de la mitad de las empresas familiares en el mundo fracasan al cambiar de manos entre familiares, ya que no tienen un plan de sucesión, de acuerdo a la consultoría internacional PricewaterhouseCoopers (PWC).
Según datos del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), aproximadamente el 90% de los negocios en México son familiares y únicamente dos de cada seis empresas de este tipo logran sobrevivir una segunda generación.
De acuerdo con Bermejo, las empresas familiares para poder ser exitosas requieren de seguir algunas reglas en su gestión:
+ Definir un proyecto que aglutine a la familia
+ Identificar los valores que han llevado al éxito a la empresa para incorporarlos consciente y formalmente al código genético de la empresa familiar.
+ Cuidar las relaciones familiares
+ Definir roles e identificar liderazgos
+ Sentar las bases para la gestión del conflicto
+ Comunicación: decirnos las cosas con franqueza y espíritu constructivo
+ Generar las condiciones para crear un clima de respeto y confianza mutua
+ Educar a los hijos para asegurar la armonía a futuro
+ Definir prioridades entre la familia y el negocio
+ Identificar un reto de largo plazo
Además, conforme al autor es necesario contar con la figura del emprendedor, es decir "una persona que tiene primero una gran capacidad para transformar situaciones de la vida generales en oportunidades de negocio y sabe implementarlas ... suele ser una persona con una cabeza global, no le tiembla el pulso para pensar en aprovechar lo mejor de diferentes partes del mundo, además tiene una gran capacidad para innovar porque entiende que el mundo cambia así como suele ser una persona con gran habilidad para gestionar la red de relaciones, está dispuesto a ofrecer y a dar, y sobretodo es una persona con pasión para todos los días vencer adversidades y transmitir entusiasmo al personal."
Para las empresas latinoamericanas, y especialmente para las mexicanas, que son sumamente pasionales el autor recomienda acompañar este instinto con la estrategia de forma que se potencien los valores y se logre la consecución de objetivos, de otra forma la empresa se quedaría en el camino.
Además, es necesario dejar de ocuparse de lo urgente para comenzar a planear a largo plazo, así como evitar poner todos los huevos en una canasta, puntualizó el directivo.
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